La crisis de los 40 para Tiburón

Hay una época de la vida que se suele conocer como la crisis de los 40. Una etapa vital en la que parece que aquello que no se haya emprendido hasta la fecha difícilmente se podrá llevar a cabo. La vida ya está asentada, los proyectos iniciados y el tiempo de reacción cada vez es menor. Y sin embargo, también es un cumpleaños que se celebra por todo lo alto. Una curiosa manera de, uno, ignorar las consecuencias de tan señalada fecha o, dos, pasar absolutamente de tan absurdo complejo y levantarse igual que con 39 o 41.

La famosa película de Tiburón cumple cuarenta años de su estreno en USA. A España llegó unos años después. Dicen que marcó la manera de hacer blockbusters. Una guía práctica para convertir la temporada veraniega en la parrilla de salida de los más sabrosos taquillazos. Lo cierto es que las cosas han cambiado un tanto y el verano en el cine cada vez empieza antes y con Marvel-Disney-Lucasfilm los taquillazos ya se diversifican a lo largo de 365 días del año. Incluso, año tras año (casi mes a mes) vemos cómo se revientan los récords de taquilla (nadie habla de espectadores) y todos lo festejan con champán (o seguramente con un buen pedo).

Steven Spielberg, un joven intrépido se lanzó a la construcción de un taquillazo. Pero sin renunciar al estilo, a la coherencia visual y a la intriga, la tensión y a la historia de aventuras: cazar un tiburón, la máquina de matar marina. Como si de un asesino en serie se tratara hace gala del sigilo como seña de identidad. Qué bien lo supo plasmar Spielberg en la película con los planos a ras del agua. Un año después se estrenó Alien, que aunque pueda no parecerlo, sigue la misma premisa. Ridley Scott escogió como hizo Spielberg a no presentar a su criatura hasta avanzada la película.

¿Qué tal le ha sentado a Tiburón su 40 cumpleaños? Puede verla por primera vez hace un par de años, solo y con auriculares y hace unos días por segunda vez. La verdad es que la tensión sigue asegurada y su realismo no envidia al CGI actual. Una recomendación más que segura.

¿Y el blockbuster? ¿Qué tal lo lleva? Mentiría si dijera que mal. Le va muy bien. Cualquiera puede comprobarlo. El cine más rentable sigue siendo el show, ahora más que nunca. Y sin embargo, el Rey Midas de Hollywood, tito Spielberg, el mismo que ha creado las mayores franquicias del cine durante toda su carrera, el que ha resucitado sus personajes de la caja del olvido, ese aseguró que la aglomeración de estrenos en 2015 iba a ser el fin del cine tal como lo entendemos. La causa: demasiados estrenos. Demasiados taquillazos iban a ser la causa de su defunción. Pero se equivocó (para lástima o regocijo): Fast & Furious 7, Mad Max, Jurassic World, Inside Out, etc. Uno detrás de otro. Un sinfín de ¿fracasos? Ni mucho menos.

Y ahora la valoración personal. El sistema se ha perfeccionado en gran medida. El departamento de marketing de cualquier mayor echa humos: se juegan el cuello o, peor, su carrera profesional. Es más fácil lograr un taquillazo de una película mala que antes. El factor evento de un estreno se ha incrementado. Y esto pudre el cine, lo queramos o no. Sí, es cierto que el cine se llena de sagas y remakes pero eso no es malo. Es un hecho. También es un hecho que el público adulto tiene su número de películas aseguradas y que gracias a Internet tenemos acceso a un montón de cine que era inaccesible hace una década.

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El blockbuster no es malo. Lo que es malo es ver únicamente blockbusters. Para cerrar con el maestro Spielberg, podría decirse que en estos 40 años de carrera, Spielberg ha sabido que no solo de sagas y taquillazos vive el cine y su propio cine así lo demuestra. El que creó Indiana Jones es también el responsable de Munich o La lista de Schindler.

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